Una aventura que inicio el viernes 11 de abril de 2014 cuando aborde el avión rumbo a Bogotá, el vuelo estaba programado a las cinco y media de la tarde aproximadamente, mientras me encontraba esperando la hora del abordaje, recordaba los días previos al vuelo que involucraron horas de coordinación no solo para adquirir los pasajes de ida y vuelta, sino además la programación turística de lugares a los cuales visitar durante los días que iba a estar en esa ciudad, sin dejar de mencionar el cálculo del monto de dinero necesario para poderlo disfrutar.
Al fin la llamada para el abordaje se dio y con maletas en mano me acerque a la señorita que me confirmaría finalmente el permiso para poder abordar el avión, una vez dentro solo fue cuestión de esperar aproximadamente dos horas desde el despegue hasta el aterrizaje y por fin llegue a El Dorado, mi expectativa fue grande y los nervios también, era la primera vez que viajaba solo a un lugar fuera de Perú, afortunadamente los minutos transcurrieron y mis contactos en Bogotá me pasaron a recoger, fue un momento muy grato, por fin pude conocerlos en persona.
El tiempo de traslado desde el aeropuerto hasta el lugar donde me hospede se volvió agradable a pesar del tráfico, debido a la curiosidad de conocer al extranjero que había venido de lejos y de mi persona por conocer acerca del lugar donde me encontraba, fue una recepción muy bonita y de las mejores que yo recuerdo.
No voy a hacer muy largo este relato, por ello, mencionare a grandes rasgos los lugares que logre visitar, al amanecer del día siguiente paseamos por el centro de Bogotá y como cualquier ciudadano me traslade en las busetas y el Transmilenio, que a diferencia del Metropolitano de Lima este si cubre diversos puntos de la ciudad y para el uso del servicio no es necesario comprar tarjeta solo pagar el costo del pasaje.
Conocí la Plaza Mayor de Bogotá, la Casa de Nariño (sede de gobierno), los diversos museos como el Militar, de la Policía, del Oro y exposiciones de arte del Banco República, además del Planetario de Bogotá, ese día fue muy agotador por las horas de caminata, pero ese era el objetivo de la visita, conocer lo más que se pueda.
El domingo se programo una visita al Cerro Monserrate, uno de esos lugares que daba la impresión de ser un convento alejado de la ciudad, fue la primera vez que utilice un teleférico y un funicular para movilizarme, además de su arquitectura, lo más impresionante era la vista de Bogotá desde ese lugar, imágenes que nunca olvidare.
El lunes toco visitar el Parque Mundo Aventura, al principio pensé que iba a ser un parque de juegos como los que hay en Lima, pero la verdad que no se pareció en nada de lo que había experimentado hasta ese momento, juegos mas extremos, granjas de animales, diversos paisajes para tomarse fotos, en fin, todas estas actividades me tomaron todo el día, por eso volví en la noche a descansar, solo quedo pendiente la visita al Salitre Mágico, otro parque de diversiones más grande que el Mundo Aventura.
Entre el martes visite Maloka, un museo de ciencias interactivo por eso me cruce con varios grupos de niños en etapa escolar, en esa oportunidad tuve la opción de contar con una guía, la cual también me acompañaría el día siguiente, ojalá en algún momento pueda devolverle ese favor, por la tarde visitamos parte del centro de Bogotá y el Museo de la Independencia, Casa del Florero.
El miércoles un día previo a la semana santa visitamos algunos lugares del centro de Bogotá que me faltaban conocer, como centros comerciales, la Casa de Moneda, el Museo Botero, el Chorro de Quevedo, el Archivo General de la Nación, la Casa de Manuelita Sáenz, entre otros además de probar los famosos tamales y el rico chocolate en la Puerta Falsa.
El jueves me invitaron a visitar la casa de unos familiares de mis anfitriones, eso me gustó mucho pues era una manera de conocer otros lugares de la cuidad y ganar nuevas amistades, fue una gran experiencia pues me trataron muy bien, al terminar la visita me despedí de todos agradeciéndoles su gran hospitalidad, luego fuimos a ver una película en el Cine Colombia, Las Américas multiplex, tremenda pantalla.
El objetivo del viernes fue visitar el Jardín Botánico, pero primero visite las instalaciones del Círculo de Suboficiales de las Fuerzas Militares, me lleve una bonita experiencia, no solo de ese lugar sino también del Jardín Botánico y del Parque Metropolitano Simón Bolívar.
El sábado se había planificado visitar el Parque Jaime Duque, tremendo parque que se asemejaba a un Disneyland colombiano, esa visita tomo todo el día tomando en consideración los viajes de ida y regreso, pues el lugar se ubicaba en las afueras de Bogotá, además del tiempo que demora el recorrer la gran variedad de lugares a fotografiar.
El domingo fue un gran día, se planifico visitar Zipaquirá un poblado turístico cuya gran tracción es la Catedral de Sal, la ciudad era hermosa decorado entre lo colonial y lo moderno, mientras que estar en la catedral era como un viaje al centro de la tierra.
El lunes visité la famosa zona rosa de Bogotá, lugar muy transitado de esa ciudad pues se reúnen varios jóvenes celebrando hasta altas horas de noche, lamentablemente no pude gozar de ese ambiente por la disponibilidad de tiempo, en la tarde había acordado cenar con mis anfitriones a modo de agradecimiento, fue como una despedida.
El martes veintidós ese ultimo día lo aproveche para comprar algunos recuerdos para mí, los amigos y familiares en Lima, la hora del vuelo se programo a eso de las dos y cuarto de la tarde, por ello no contaba con mucho tiempo disponible, aborde el vuelo con demora haciendo una escala en Quito y llegando al Jorge Chávez por la noche.
Lamentablemente no pude visitar las instalaciones de la Biblioteca Luis Ángel Arango y el estadio Nemesio Camacho más conocido como El Campín, en ambos solo pude ver la fachada.
No puedo dejar de reconocer la gran ayuda para la planificación de este viaje a mi amiga Nancy y por ello tengo mucho que agradecerle, ella hizo que este maravilloso viaje se convierta en un gran recuerdo, el cual será muy difícil de olvidar. Como se lo dije una vez "ojalá en algún momento te pueda devolver esa gran ayuda".